Una carrera diferente recorriendo 10K de nuestra querida rambla montevideana desde Carrasco, pasando por Punta Gorda, Malvín, Buceo y llegando al barrio de Pocitos.
Con un clima totalmente veraniego, haciéndose los primeros kilómetros bastante pesados por la alta temperatura aún siendo casi el atardecer, ya a mitad de camino se hacía más favorable con un sol más bajo y con sombra tan preciada para este día.
Se vislumbró un ánimo de fiestas siendo el cierre del campeonato y sin llevar remeras que unificaran la 19 corrida San Felipe y Santiago de Montevideo. Se vieron remeras de diversos grupos felices de un nuevo año de metas cumplidas, algunos con gorros de Papá Noel repartiendo caramelos a los niños que aprovechaban con sus familias a disfrutar de las playas o rambla. Otros con alcancías apoyando a la Teletón recogiendo algún pesito solidario a lo largo del camino. En sí un espíritu de algarabía.
Por mi parte encontrándome gratamente con compañeras de ruta, de instantes o de mts recorridos, emociones y nuestros porqués de estar recorriendo estos caminos, alentándonos y conociendo lindas personas ! y animales como el lazarillo (un perrito golden) del no vidente que participaba acompañando y guiándole.
En fin, más allá de tiempos, motivos, esa superación personal es la que nos motiva a todos los runners, ese sentimiento de participar, de llegar a la meta y de ser cumplida una vez más, ese cable a tierra que nos atrapa, incentiva a hacerlo una y otra vez, que nos deja satisfechos más allá de posiciones el hacerlo en conjunto porque solos la mayoría no le encontramos el mismo sentido. Por eso gracias por participar y darnos la posibilidad a los que no formamos la élite, de ser integrantes de cada carrera.
En lo que se refiere a organización fue espléndida con hidratación desde el arranque con sachet de agua, el arco de Gatorade con la lluvia y el vaso de jugo a la altura del Museo Oceanográfico dando la energía necesaria refrescando para llegar a la meta.
La llegada con una hermosa medalla con el cerro de Montevideo ponía brocha a la jornada con una rica botella de Gatorade más agua en sachet.
En síntesis super bien hidratados para una jornada calurosa en un hermoso ambiente de participación y público a lo largo de los 10k alentando a nuestro paso sin cesar durante todo el trayecto.
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