Ante un atardecer espectacular con un sol hundiéndose en el Río de la Plata, y un cielo totalmente despejado, quedamos nosotros, todos de amarillo, como soles de tan linda motivadora carrera.
Todo un espectáculo donde participamos más de 10000 corredores, ya al inicio nos obsequiaban pulseras que brillaban en la oscuridad dándole ese toque luminoso a lo largo del recorrido, también como es clásico estaban puntualmente y estratégicamente los escenarios musicales, los tambores o carteles, dándonos ese impulso necesario para avanzar las pendientes o animarnos a no decaer.
Pues si, ha sido todo un espectáculo desde el inicio. El lugar estratégico por la rambla a la altura del club de golf nos brindó el atardecer, luego la animación de Petinatti, pasando a una puesta en calor muy necesaria ya que estaba bastante fresco pero ideal para correr y... por fin llegó el momento de la largada donde estábamos ordenados por nuestros tiempos, con un esplendoroso espectáculo de fuegos artificiales comenzaron las salidas, y este duró mientras partíamos los más de 10000 con un último fuego que iluminó todo nuestra salida.
En cuanto a los servicios, cada día más que superados, las largas filas en roperías y baños ya van quedando atrás, los puestos de agua muy bien ubicados, pero el primero tendría que estar más abastecido que los restantes ya que al pasar por allí carecían del vital elemento, restando por pasar todavía más participantes, pero como la noche estaba fresca no lo hacía tan necesario. En mi caso siempre me llevo mis botellitas por las dudas. Ya al finalizar llegando a la meta nos recibió nuestra medalla recordatoria, la clásica barrita de cereal, el Gatorade, el agua Salus.
En fin una gran fiesta deportiva. !
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